Hail Spirit Noir - Eden in Reverse

Se trata de un álbum conceptual basado en los viajes de Darwin por el sur del mundo cuando buscaba regularidades que le permitieran llegar a concluir cuál era el origen del hombre. De la cuna de la cultura occidental, los griegos de Hail Spirit Noir, han hecho el álbum más interesante que he escuchado este año, y como son griegos, entonces, hay filosofía antigua por todos lados, pero crítica a esa filosofía, quiero decir (con la expeción del melancólico, el del río). Pero es una filosofía llena de psicodelia, progresión de los años setenta, letras politizadas hasta la médula y sonidos que se mueven entre la melancolía y las ganas de que Syriza se repita por todas partes.
Si digo que cada canción es un viaje, se va a pensar que he caído en un lugar común, pero lo cierto es que es así, porque es el propósito, la idea viene de frente, desde el cover del álbum. "Darwinian Beasts" es un intro que anuncia el comienzo del viaje. Como se trata de ir al Edén en reversa, salimos de ahí para entrar en un recorrido por los niveles en los que se desplazó Dante en la Divina Comedia, hasta llegar al otro lado del Edén, que no es otra cosa que el automatismo de la vida que llevamos desde los años 80's. Por eso, ese último Track instrumental, "Automata 1980".
"Incense
Swirls" es una canción típica del progresivo setentero, pero que tiene
elementos del Opeth de los últimos tiempos (aunque no le veo la diferencia), y
que se encarga de otorgar unos estribillos para nunca olvidar, unos ritornelos
que acompañan cuando se va en la soledad caminando o conduciendo, o bebiendo
como es el espíritu de este progresivo. Es un tema único para nunca olvidar,
quiere transmitir esa sensación de formación, como el Fausto de Goethe, que
percibo como inspiración importante en el disco. Formación, es decir, ir viendo
a lado y lado en la vida para llegar a ser lo que se es, solo que en este tema
lo que somos no es propiamente la divinidad del dios trascendente de San Pablo, ese dios de la línea recta, sino la herencia de Saturno, es decir,
Cronos y sus tiempos circulares y nunca diferentes entre sí. Eso es el Edén,
repetición de lo mismo, nunca diferencia, simplemente soportar lo mismo, pero
soportarlo porque la cultura de Occidente consideró lo contingente y el cambio
como lo malo y perverso. El otro tiempo, el de Aion, quedó relegado, pero con las drogas llegamos hasta él. Gracias por ese aviso, HSN.
"Alien Lip Reading", el extraterrestre que lee los labios, ¿dónde se encuentra algo así? Nada más que en un viaje de drogas y psicodelia de principio a fin.
Lip-read the black Lee los labios negros
On an alien heartland En una tierra de alienígenas
We are fractals in need Somos
fractales con necesidades
¿Más
metáforas para entender la automatización del mundo en que vivimos? Imposible.
Con eso queda claro lo de Hail Spirit Noir: psicodelia y drogas para reavivar
el espíritu perdido en los ochentas con la llegada del neoliberalismo. Y un
griego sí que sabe de eso; no de drogas, sino de neoliberalismo, de drogas les enseñamos con los amigos de Manizales, los más lúcidos de todos cuando se trata de pensar según los fractales.
"Crossroads" es el himno de la nueva década. Es una canción sobre el imperativo de afirmar la diferencia. De eso se trata todo: solo entre diferentes es que se da el cambio, jamás buscar el igual. Todos queremos igualdad, pero HSN, saben que solo es diferente el que primero es igual, y la igualdad es reconocer lo que no se es y lo que está más allá de la misma comprensión. Así lo dicen ellos:
Crossroads of vibrant light Caminos que se Cruzan de luz vibrante
Crossroads multiplying Caminos cruzados
que se multiplican
Es solo belleza lo que ocurre en esta canción que tiene la colaboración del genio del cantante de Solefald. La belleza está en el mundo cuando se acepta que todo es diferente, que Platón no tenía razón, sino Nietzsche, pero por supuesto, el griego Heráclito, que inspiró todo el disco.
Y finalmente, "The first Ape On New Earth". La mejor del álbum para mí. Llena de
contenido en las letras, sonidos que van de la psicodelia a las películas de
Orson Wells y que buscan hacer ver el asombro que produce ver a ese simio que
comienza a caminar para convertirse en Mefistófeles. Ese ser que se lleva el
alma de cualquiera a cambio de un deseo básico y sencillo, como le pasó a
Fausto de Goethe, y como nos pasa a todos en este mundo donde el consumo es la
única medida del triunfo y de la propia estima, un triunfo por el que damos lo que sea, incluso renunciar a ver otras realidades. Este simio que somos no ha
tenido otro fin más que erguirse para comenzar a consumir y perderse en un
deseo cuadriculado, pero que desconoce su naturaleza fractal y cuasi
irracional. Hay que subir unas escaleras que no llevan a ningún lado, pero que
es posible que nos devuelvan al mismo sitio, aunque todo bajo la dicha de no ser
más que los simios que estudió Darwin en Chile y Australia, simios del goce. Esos simios, tú y yo, hicimos todo este
recorrido evolutivo solo para volver al lado de nuestro señor el demonio, que
se complace en la predictibilidad de estas vidas que el cristianismo le ha dado
a los que convergen en la providencia y la riqueza. Renunciamos al goce a cambio de tener un trabajo y una familia para ayudarle a pagar las deudas. Somos los simios de la deuda, como lo dice esta canción muchas veces, pero no más el simio del goce de la diferencia.
Hail Spirit Noir nos hacen la invitación a un viaje que sale del Edén para llegar al sitio de los demonios, que no es otro que este mundo de la pandemia, y nos hace caer en la cuenta de que allá y acá hay lo mismo: el simio que vio Darwin y le hizo pensar que todo era competencia por sobrevivir. Ganar, pero perderse de lo impredecible y la psicodelia, eso es lo que somos hoy en día. Por eso es necesario drogarse... y mucho.